HISTORIA

Villarrica del Espíritu Santo, sede diocesana, fue fundada por Ruy Díaz de Melgarejo, en 1570. Se la conoce como la ciudad viajera por haberse trasladado trece veces hasta asentarse definitivamente en el Ybytyruzú, en 1682.

La Diócesis comprende los Departamentos de Guairá y Caazapá. Su historia es rica y fecunda desde sus orígenes. Los primeros misioneros del Guairá y Caazapá fueron los franciscanos Luis Bolaños, Alonso de San Buenaventura, Gabriel de Guzmán, guaireño mestizo y nieto del gobernador Irala, y Juan Bernardo, también del Guairá, primer mártir paraguayo de quien se tiene documentación, histórica. Juan Bernardo murió en manos de los indios en Yahapety, en 1592, en el lugar donde años más tarde fray Luis Bolaños fundó la reducción de San José de Caazapá.

Desde comienzos del siglo XVII, Villarrica contó con un convento franciscano y un centro de estudios superiores de la misma orden, único en su género en el interior del Paraguay.

Otras reducciones franciscanas fueron Yuty, Itapé y Nuestra Sra. del Pilar, esta última de vida efímera.

Los jesuitas fundaron reducciones en el Guairá, las que tuvieron que emigrar hacia el sur debido a las invasiones de los mamelucos (siglo XVII).

El clero secular también cumplió un papel preponderante en el adoctrinamiento de los naturales de la región.

1- ASPECTOS HISTÓRICOS

La Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo fue erigida el 1 de mayo de 1929, al crearse la Provincia Eclesiástica del Paraguay.

En los casi 70 años de existencia, han nacido de ella cinco nuevas circunscripciones eclesiásticas.

Su primer obispo fue Monseñor Agustín Rodríguez, desde 1932. Fue obispo coadjutor de ella Monseñor Aníbal Maricevich, desde 1961. Su segundo obispo fue Monseñor Dr. Felipe Santiago Benítez, desde 1965.

Su actual obispo es Monseñor Sebelio Peralta Alvarez, desde 1989.

2 – ASPECTOS GEOGRÁFICOS

Está situada en el centro sur de la Región Oriental del país y abarca una superficie de 13.347 km2.

La sede episcopal se halla en la ciudad de Villarrica. Los bosques y campos de su territorio están regados por numerosos ríos y arroyos como el Tebicuary, Pirapó, Capiivary. En ellos se hallan importantes balnearios y playas, hasta ahora poco explotados. En las serranías del Ybyturuzú se hallan las famosas inscripciones en piedras. En Caazapá, el Ykuá Bolaños, las reliquias y la cruz del mártir Fray Juan Bernardo.

En Yuty se encuentran los yacimientos de Itá Karú (piedra imantada). En Independencia hay paisajes pintorescos y centros turísticos muy visitados.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

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